Recientemente
por capacitación laboral, tome un curso de administración del tiempo, que si
bien no me decía nada nuevo, me ayudo a recapacitar y reflexionar sobre todas
las actividades que realizo durante el día, la semana y el mes.
Alguna
vez, han leído o escuchado sobre los cuatro cuadrantes: lo urgente e
importante, lo no urgente e importante, lo urgente no importante y no urgente
no importante. Y es que soy fiel creyente de que una persona debe ser efectiva
y eficaz no solo en su trabajo, sino en todas las actividades que realiza en su
vida.
De
nada sirve ser el último en irte de tu oficina, si tus resultados siguen en la
media; de nada sirve ir tres horas al gimnasio todos los días, si tu cuerpo no
muestra cambios; de nada sirve estar todo el día en casa si solo haces tareas
que terminarás el día cansado y estresado.
Y
al final poner el típico pretexto que por tiempo, no estás realizando las
actividades que realmente debes hacer por tu bien y por el de los demás.
Al
menos, yo me estoy volviendo a dar tiempo para redactar… y si redactar porque
aprendí que no escribo, sino redacto, el escribir es de los escritores, yo solo
relato lo que pasa o pienso.