domingo, 4 de julio de 2010

Momentos de lluvia.

He de decir que no me gusta la temporada de lluvias, no me agradan los días nublados, prefiero el calor, me gusta más un día soleado, prefiero sudar a mojarme en la lluvia.

He de confesar que en esta semana he cumplido dos gustos, y que después de tener al menos 5 temas por escribir en mi blog hoy decido compartir lo que me ha pasado.

Tenía varios años deseando correr bajo la lluvia. Con atuendo de deportista y actitud de entrenamiento, los martes dentro de mi rutina semanal, me toca asistir a la deportiva del estado y correr durante el tiempo necesario unos cinco kilómetros, eran los primeros dos mil metros cuando las nubes se tornaron de un color más que gris, cayeron las primeras gotas y pensé en salir corriendo a un lugar donde pudiera cubrirme de la lluvia, más mi deseo por confundir el sudor con el agua hicieron que terminara mi rutina de cada martes, literalmente empapado en agua limpia y caída del cielo que se estaba despejando.

Tenía mucho tiempo que no caminaba por la ciudad de Guanajuato y que al mismo tiempo estuviera lloviendo, no me acordaba como el agua se escurre de cualquier parte, había olvidado como también en Guanajuato hasta se encharcan las banquetas y sobre todo había olvidado como el agua que cae del cielo en cuestión de segundos te puede mojar absolutamente todo.

Ambos eventos me han ayudado a reflexionar y comenzar por gozar y disfrutar esta temporada de lluvia, los dos momentos me hicieron pensar si hay algo que existe o existió por el cual no me gusta que llueva, y creo que necesito o más mojadas o de plano aceptar que no todo te puede agradar.

Ambos momentos me hicieron sentir, que cuando algo no te gusta el factor de aceptación es lo que marcará la diferencia. 

Bienvenida la lluvia, bienvenidos los cambios que están por llegar y sobre todo bienvenido ese nuevo gusto por aceptar lo que nunca me ha gustado.